Música

Filarmónica de Berlín sigue impulsando interés por música clásica en Asia

23.11.2025, 14:42

Por Lars Nicolaysen (dpa)

El director titular y artístico de la Orquesta Filarmónica de Berlín, Kirill Petrenko, volvió a subir al escenario del Minato Mirai Hall de Yokohama, ya cambiado de ropa, para recibir los aplausos del público japonés, que no cesaban.

"El público japonés es increíblemente entusiasta", explica la directora artística Andrea Zietzschmann a la agencia de noticias dpa al término de la gira asiática de la formación musical berlinesa en Tokio, tras actuar también en Corea del Sur, China y Taiwán.

Japón siempre es una experiencia muy especial para orquestas alemanas como la Filarmónica de Berlín. "Todas las orquestas alemanas anhelan tocar regularmente en Japón", afirma Zietzschmann. "Los japoneses tienen un gran aprecio por la cultura y la música", agrega.

Además, en la Filarmónica de Berlín no solo hay varios japoneses, sino que el primer concertino es el violinista Daishin Kashimoto. Incluso ha estrenado varias obras de uno de los compositores contemporáneos más importantes de Japón, Toshio Hosokawa.

Concentrados y en silencio

Los japoneses son grandes conocedores de la música clásica europea, se interesan mucho por las piezas y escuchan con gran concentración, siempre en silencio. Al final, siempre aplauden rápidamente con las manos en alto, en los momentos adecuados, casi como con furor.

Expertos como Walter Küssner, violista y casado con una japonesa, justifican el amor de los japoneses por la música clásica alemana y austriaca por el hecho de que en ella "pueden sentir una emotividad que la vida cotidiana en la sociedad de su país, en la que las relaciones interpersonales están muy reguladas, apenas permite".

La difusión de la música clásica germánica comenzó en la era Meiji, cuando Japón se abrió a Occidente después de 1868 y atrajo al país a expertos extranjeros. Entre ellos, varios músicos alemanes, como el compositor y músico militar Franz Eckert.

La Novena Sinfonía de Beethoven se considera el segundo himno nacional. Cada año, a finales de otoño, la "Oda a la alegría" escrita por Schiller es interpretada por coros de hasta 10.000 voces.

"La música clásica europea forma parte del canon educativo japonés", dice a dpa el profesor Hermann Gottschewski, musicólogo de la Universidad de Tokio.

Pero la sociedad japonesa está envejeciendo. Y con ello disminuye el número de personas que se interesan por la música clásica y el número de estudiantes de música también decae.

Público joven coreano y chino

"Esto supone una gran carga para algunos centros educativos", lamenta Gottschewski. Además, el elevado número de japoneses que iban a Alemania a estudiar música ha disminuido considerablemente, mientras que el de coreanos ha aumentado.

El experto estima que pronto serán principalmente chinos los que vayan a Alemania a estudiar música. Las orquestas alemanas también están notando los efectos del envejecimiento de la población nipona.

"El público coreano o chino es muy joven en comparación con el japonés", indica Zietzschmann, que agrega que es fantástico ver cómo tantos jóvenes de los países vecinos de Japón -Corea del Sur, Taiwán y China- se entusiasman con la música clásica.

Para su gira de este año, la Filarmónica de Berlín organizó una proyección pública en Taipéi, la capital de Taiwán, a la que acudieron varios miles de aficionados a pesar de la lluvia y las ráfagas de viento provocadas por un tifón.

"Después del concierto, toda la orquesta salió a saludar a todo el mundo", comenta, y subraya que fue muy emotivo.

En Japón predomina un gusto musical conservador

El hecho de que no solo en Japón, sino también en estos países, se reúnan grupos de fans que conocen a los músicos a la salida de los conciertos se debe también a la Digital Concert Hall, una plataforma de suscripción que, en un país tan tecnológico como Japón, cuenta con una de las mayores comunidades de fans del mundo.

Pero Zietzschmann revela que les gusta "escuchar a una orquesta alemana solo con repertorio alemán". La gira de este año por Japón tuvo, además de un programa con obras de Wagner, Brahms y Schumann, otro con obras de Béla Bartók, Igor Stravinski y Leoš Janáček.

Al fin y al cabo, estos compositores del siglo XX forman parte del repertorio básico de la Filarmónica de Berlín, destaca. Por eso, orquestas menos conocidas tendrían dificultades con un programa tan ambicioso en un país tan conservador como Japón.