Documentales
La dura historia del rapero que marcó a una generación en Alemania
6.11.2025, 11:50
El documental "Babo: la historia de Haftbefehl", que retrata la vida y la autodestrucción con las drogas del rapero alemán de raíces turco-kurdas Haftbefehl, lleva días acaparando titulares y polémica en Alemania.
La vida de la estrella del rap, retratada con brutal honestidad, no solo ha dejado atónitos a muchos fans, sino que también ha desencadenado un debate sobre el comportamiento autodestructivo.
Pero el documental de Netflix también muestra cómo un niño que creció en la miseria social y que a los 13 años tuvo que afrontar el suicidio de su propio padre se convirtió en un modelo a seguir para toda una generación de hijos de trabajadores migrantes.
El hecho de que la cinta tenga tanto éxito entre los jóvenes inmigrantes se debe probablemente a que la trayectoria vital de Haftbefehl (orden de arresto, en alemán) pone de manifiesto situaciones que muchos de ellos conocen por sus propias familias: pobreza, abandono, violencia... y el intento de encontrar, a pesar de todo, un lugar en la sociedad alemana.
En este contexto, resulta casi icónica una escena en la que Haftbefehl, visiblemente marcado por problemas de salud y dudas sobre sí mismo, canta una balada del cantautor Reinhard Mey. Una imagen poco habitual de la cercanía entre dos mundos diferentes.
Aykut Anhan, nombre real de Haftbefehl, no es ni mucho menos el único rapero gangsteril de éxito en Alemania. Años antes que él, Bushido y Sido atraían a miles de jóvenes a las salas de conciertos con canciones de rap duras y a menudo glorificadoras de la violencia.
Entonces, ¿qué tiene de especial este hombre de 39 años? ¿Y por qué una figura importante de este mundo como el también rapero Kool Savas afirma en el documental que Haftbefehl es la "única estrella del rap alemán"?
El sociólogo Martin Seeliger, de la Universidad de Bremen, señala a la agencia dpa que "ha marcado estilo": "Ha mezclado diferentes idiomas de una forma que ha gustado especialmente a los críticos culturales".
Con una peculiar mezcla de árabe, kurdo, turco y alemán, trasladó el lenguaje de los barrios conflictivos tal cual a su música. Rapea tal y como hablan los jóvenes de los barrios de humildes bloques de pisos: crudo, sin pulir y sin tener en cuenta las sensibilidades.
Este lenguaje y la música cruzaron fronteras sociales. Con la canción "Chabos wissen, wer der Babo ist", que se puede traducir al español como "Los chavos (o chavales) saben quién es el jefe", editada en 2013, desató una moda sin precedentes en los patios de los colegios alemanes.
De repente, los estudiantes de secundaria de familias burguesas empezaron a utilizar vocabulario que solo se oía en los barrios pobres de Fráncfort u Offenbach (localidad natal de Haftbefehl). La palabra "Babo" se convirtió en la palabra juvenil del año, y toda una generación de niños inmigrantes marginados encontró en Haftbefehl una voz auténtica.
Martin Seeliger ve precisamente en la historia del ascenso de Haftbefehl un aspecto que puede motivar a los jóvenes migrantes procedentes de entornos difíciles, a pesar de todos los aspectos negativos con las drogas. "Cuando eres joven y no estás seguro de lo que puedes hacer, una historia así puede ser, por supuesto, alentadora y empoderadora", considera.