Zverev vs. Djokovic: amigos, rivales y fans del espacio exterior

El alemán Alexander Zverev y el serbio Novak Djokovic aprendieron a tenerse aprecio a lo largo de los años, más allá de toda rivalidad, pero su amistad termina en la cancha y en el debate sobre el espacio exterior. 

"Leo una cantidad increíble de libros, a Novak también le fascinan mucho. Tenemos opiniones muy diferentes sobre el espacio", cuenta Zverev, de 27 años.

El confeso admirador de Stephen Hawking a veces pasa horas en el avión discutiendo sobre el espacio, el tiempo y la materia con Djokovic, conocido por sus puntos de vista espirituales. En el Abierto de Australia, ambos se refirieron a dicha afición de forma pública.

"¿Crees que la respuesta para ganar un Grand Slam está en el espacio exterior?", le preguntó Djokovic cuando se coló en una rueda de prensa del hamburgués al comienzo del torneo de tenis. La ingeniosa réplica de Zverev fue: "La respuesta a la pregunta de cómo ganar un Grand Slam es que me dejes ganar uno". 

El 24 veces ganador de Grand Slam le devolvió el balón a Zverev antes del duelo de semifinales de este viernes. "Tenemos un acuerdo", dijo el tenista, de 37 años y número siete del mundo, tras su dramática victoria en cuartos de final sobre la joven estrella española Carlos Alcaraz.

"Mientras yo juegue, él me dejará ganar los partidos de Grand Slam", dijo.

De hecho, Zverev perdió los tres duelos anteriores de Grand Slam con Djokovic y el marcador global es 8-4 a favor del serbio. Pero no es solo por la lesión en el muslo que Djokovic sufrió en el duelo generacional con Alcaraz que el número dos del mundo cree en su oportunidad: "Sé que tengo calidad para hacerlo".

Djokovic también lo cree, y opinó que Zverev está en "gran forma", tiene un "saque fuerte" y es "un oponente súper peligroso" en canchas duras.

Pero el mayor desafío para él ahora es poner su cuerpo en forma para el partido. Djokovic dijo que estaba "preocupado" y que el día libre adicional llega "en el momento adecuado". Pero está listo "mental y emocionalmente", según enfatizó, para la prueba de fuerza con el número dos del mundo.

Zverev hace bien en no pensar demasiado en la lesión de su rival. Alcaraz se dejó despistar por ella y lo pagó con su eliminación.

La experiencia de 2023, cuando Djokovic cojeó durante todo el torneo y tuvo que hacer reposo médico debido a su muslo, también debería servir de advertencia a Zverev. En aquel entonces, a pesar de todo, Djokovic levantó al final el trofeo. 

Ahora, con el exprofesional Andy Murray a su lado como entrenador, Djokovic aspira a su undécimo triunfo en el Abierto de Australia y a su título de Grand Slam número 25 en total.

"Novak es el mejor jugador de todos los tiempos", afirmó Zverev. Él mismo estaría feliz si pudiera celebrar su primera victoria global en uno de los cuatro grandes torneos. "Todo el mundo sabe lo que persigo".

Tras su ardua victoria en cuartos de final ante el estadounidense Tommy Paul, Zverev suma ya 30 victorias en Melbourne, una más que el ícono del tenis alemán Boris Becker. "La gran diferencia es que Boris Becker levantó dos veces el trofeo. Yo aún no lo he hecho", dijo.

Zverev fracasó a menudo en el escenario de los Grand Slam debido a sus nervios, como en la final del Abierto de Estados Unidos de 2020 contra el austriaco Dominic Thiem, que perdió pese a ir ganando 2-0.

Ahora, precisamente, se enfrenta al monstruo mental por excelencia del tenis profesional. "Es un tipo firme", dijo Becker, hoy comentarista de Eurosport, sobre su antiguo protegido Djokovic: "Se tambalea a veces, pero rara vez se cae".

El factor decisivo será si Zverev podrá liberarse de los juegos mentales de Djokovic. Porque una cosa está clara, al igual que en las discusiones sobre el espacio exterior, Novak Djokovic nunca cede en la pista de tenis.