Coyuntura

Tres años de crisis y dudas sobre el repunte económico en 2026

1.12.2025, 16:14

Por Jörn Bender y Andreas Hoenig (dpa)

La economía alemana se encuentra estancada, con tres años consecutivos de crisis -con solo dos trimestres con crecimiento-, malestar en muchas empresas y más quiebras. La política del nuevo Gobierno de coalición entre conservadores y socialdemócratas tampoco ha logrado hasta ahora cambiar el estado de ánimo.

¿Llegará la recuperación en 2026?

La buena noticia es que se prevé una mejora, aunque leve. Se espera un crecimiento de entre el 0,9 % y el 1,3 %, según las previsiones, aunque sigue habiendo mucha incertidumbre.

Los principales institutos de investigación económica de Alemania advirtieron en septiembre de que la economía alemana sigue "sobre piernas temblorosas". Los economistas que asesoran al Gobierno -conocidos como los "Cinco Sabios"- tampoco esperan una recuperación generalizada para el próximo año.

Es probable que el crecimiento en 2026 se vea impulsado principalmente por efectos especiales: miles de millones de euros de gasto público en infraestructuras como carreteras y ferrocarriles, así como en defensa. Además, habrá más días festivos que coincidan con fines de semana, por lo que en 2026 habrá más días laborables.

¿Resolverá el Gobierno de Merz el atasco de reformas?

Altos costes energéticos, aumento de las cotizaciones sociales, largos procedimientos de planificación y autorización, exceso de burocracia: las asociaciones y los economistas alertan una y otra vez de que, sin reformas profundas, no habrá una verdadera recuperación del país.

El canciller, el conservador Friedrich Merz, había anunciado un "otoño de reformas" en referencia al último trimestre del año. Sin embargo, la coalición entre conservadores y socialdemócratas discute sobre proyectos fundamentales, como el paquete de pensiones.

Y la impaciencia crece en la economía. "Todos los miembros de la coalición necesitan más ambición", afirma el presidente de la patronal, Rainer Dulger.

El banco inversor IKB Deutsche Industriebank escribió a finales de noviembre que el éxito no solo depende de una mayor inversión estatal, "sino, sobre todo, de un cambio de ánimo entre las empresas". Y, en noviembre, el ánimo de las 9.000 empresas que encuesta regularmente el instituto Ifo de Múnich empeoró. "La economía alemana duda de una pronta recuperación", comentó el presidente del Ifo, Clemens Fuest.

Las exportaciones dejan de ser el motor

La agresiva política arancelaria del presidente estadounidense Donald Trump afecta a una Alemania ya debilitada como nación exportadora.

Ya sea en ingeniería mecánica, química o electricidad, desde hace años los fabricantes alemanes pierden competitividad en los mercados mundiales. "Las cuotas de mercado de las exportaciones alemanas han disminuido desde 2017 y, en comparación con otros países, han evolucionado de forma especialmente débil desde 2021", analizó el Bundesbank (banco central alemán) hace unos meses.

El dato es aún más alarmante si se tiene en cuenta que casi uno de cada cuatro puestos de trabajo en Alemania depende de las exportaciones. Ya en 2024 se vendieron menos productos "Made in Germany" al extranjero que el año anterior. Para el año en curso, la Asociación Federal de Comercio Mayorista y Exterior (BGA) prevé un descenso del 2,5 %. 

Y las perspectivas son sombrías: "Muchos de los nuevos aranceles estadounidenses son tan elevados que hacen que los negocios sean simplemente imposibles; para numerosos exportadores alemanes, esto significa, de hecho, la pérdida del mercado estadounidense", afirma el presidente de la BGA, Dirk Jandura.

¿Invierte el Estado en los ámbitos adecuados?

Para los años 2026 a 2028 se prevé introducir un precio más bajo para la electricidad industrial, subvencionado por el Estado. Además, el Gobierno federal quiere reducir el impuesto sobre los billetes en el sector de la aviación a partir del 1 de julio de 2026.

Se trata de una cantidad de unos 350 millones de euros en beneficio de la industria del transporte aéreo en Alemania. También está prevista una reducción del tipo del IVA sobre los alimentos en la restauración del 19 % al 7 % a partir del 1 de enero de 2026, así como una ampliación de la pensión de maternidad.

En opinión de la economista Monika Schnitzer, se está distribuyendo dinero a grupos "que no lo necesitan necesariamente, pero que lo reclaman con especial insistencia". La presidenta de los "Cinco Sabios" subrayó que "hay que preguntarse por qué se gasta dinero en algo así. Esto no acelerará el crecimiento".

Según la valoración de los economistas, las inversiones estatales adicionales de miles de millones en infraestructura podrían generar menos impulso del esperado.

Las estimaciones del Instituto de la Economía Alemana (IW), cercano a los empresarios, indican que de los 271.000 millones de euros previstos hasta 2029 en el fondo especial para infraestructuras y neutralidad climática, alrededor de 133.000 millones se destinarán a medidas ya planificadas, por lo que no generarán ningún impulso económico adicional.

La inflación se mantiene por encima del dos por ciento

Es cierto que ha remitido la gran ola de inflación, con máximos de casi el nueve por ciento, que se apoderó de Alemania tras el inicio de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. Sin embargo, muchos precios son considerablemente más altos que hace unos años: los alimentos en Alemania se han encarecido en un 37 % desde 2019, el año anterior a la pandemia.

Según las estimaciones de los economistas, los consumidores alemanes tendrán que conformarse por el momento con tasas de inflación superiores al 2 %. Cuanto mayor es la tasa de inflación, menor es el poder adquisitivo de la población.

El mercado laboral, bajo presión

El aumento de los precios de los alimentos y los servicios frena el consumo privado. Esto también podría costar puestos de trabajo: según una encuesta del Ifo, últimamente ha aumentado la proporción de empresas que ven amenazada su existencia económica, especialmente en el sector minorista.

El mercado laboral ya se encuentra bajo presión. En sectores importantes, como la industria automovilística, se han suprimido casi 50.000 puestos de trabajo en un año. Además, la recuperación del mercado laboral alemán ha sido débil en el tercer trimestre. Por motivos estacionales, es probable que el número de desempleados en el país vuelva a superar los tres millones en los meses de invierno, enero y febrero.